A toda la familia de MOCEOP (Movimiento por el celibato opcional) nos duele  profundamente el fallecimiento de José M.ª Castillo, uno de nuestros  grandes teólogos de referencia.

Él nos ha venido acompañando desde el comienzo de nuestro Movimiento hace ya 46 años, con sus reflexiones teológicas, que nos han enriquecido en su visión de Jesús, la Iglesia y la mejor comprensión del Evangelio.

Fue él quien hizo el epílogo de nuestro libro “Curas casados. Historias de fe y de ternura”, pues desde siempre Castillo ha estado convencido, como estamos muchos en la Iglesia, que el celibato debe ser opcional y no obligatorio.

Castillo nos ha enriquecido con sus libros, muchos y muy importantes, como los últimos suyos “El evangelio marginado” y “Declive de la Religión y futuro del Evangelio”, donde denuncia cómo la Iglesia ha vivido más en muchas cosas, para la Religión que para el Evangelio de Jesús.

Él nos ha acompañado también a muchos de nosotros en las Comunidades Cristianas Populares y otros movimientos de cristianos de base. Siempre dijo que a él le habían ayudado mucho en su evolución teológica, igual que el contacto con los jóvenes.

Le hemos escuchado en sus muchas  conferencias y presentaciones de libros, siempre con un estilo muy claro, directo y didáctico, al mismo tiempo que con una gran documentación, que se hace difícil  poder rebatirle.

Desde su fidelidad a Jesús, es muy crítico con muchas de las cosas que funcionan en la Iglesia que nada tiene que ver con el Evangelio. La influencia de su teología renovadora y crítica ha llegado a todas las regiones de España, a muchas partes de Europa y especialmente a Latinoamérica donde tantas veces estuvo.

Castillo sufrió muchísimo por la postura inquisitorial de la Congregación de la Fe (Inquisición) en tiempos de Ratzinger como prefecto y de Juan Pablo II como Papa. Ha sido el buen papa Francisco el que lo ha rehabilitado al llamarle personalmente por teléfono y recibirlo posteriormente en el Vaticano y decirle que “siguiera escribiendo esos libros que tanto bien hacen a tanta gente”.

Desde aquí nuestras condolencias para Marga y su familia, con la que estuvo viviendo estos últimos años de su vida y especialmente para los compañero/as de las CCP de Granada con las que siempre ha estado muy unido.

Él se nos ha ido, pero nos queda su legado: sus libros, sus conferencias, sus vídeos, sus recuerdos, su gran humanidad y cercanía con todos. Él ya está gozando de la presencia del Padre. Muchas gracias, José María por tanto bien como has hecho a tantas personas en todo el Mundo.